lunes, 15 de noviembre de 2010

Simplificación.


Frenuloplastia y Carpectomía. Dos significantes que para la mayoría de la gente no tienen significado, pero que para mi se traducen como la lucha por parte del sistema sanitario por simplificarme. Como si fuera yo demasiado complejo, demasiado detallado. Cada vez que piso la consulta de un especialista médico éste decide que algo sobra, que tengo demasiado de alguna cosa, y que hay que cortar. Yo no termino de entenderlo; dos orejas, dos ojos, una nariz (otros no dirían lo mismo, lo sé), una boca, tres gatos. A simple vista todo está dentro de la normalidad, pero los médicos siempre ven más allá, y consideran que me sobra, no sé, un trocito de piel, unos cuantos huesos de aquí o de allí... Y yo no soy nadie para decirles que no, joder, ellos son licenciados y yo ni siquiera tengo un grado en Derecho, así que se lo permito... Supongo que en el fondo lo hacen por mi bien. Lo único que me preocupa es que esta tradición termine de cristalizar, vaya más allá, no sé si me explico. No me importa vivir con algunos huesos menos, de normal no suelo hacerles demasiado caso, ni tampoco tener determinadas partes de mi cuerpo, digamos "tuneadas", para el resto de mi vida, al fin y al cabo el progreso es el progreso, y nuestro señor Jesús también era judío. Pero, ¿y si un día me da por ir al oculista? ¿me sacarán un ojo o me prenderán fuego a las pestañas? Ya sé que cualquiera, especialista o no, convendría que tengo demasiada nariz, por ello me alegra mucho la certeza -quizás simple ignorancia- de que no existe ningún médico especialista en este determinado tubérculo. Respiro más tranquilo, la verdad. De todos modos tendré cuidado en no acercarme a psicólogos ni psiquiatras, no quiero terminar babeando como un idiota, ya vi lo que le hicieron a Jack Nicholson al final de la de Alguien voló sobre el nido del cuco.


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