martes, 20 de abril de 2010

riots

Yo lo siento mucho, pero si veo otro estreno de una película protagonizada por una musculada estrella de las artes marciales en el papel de un sofocado y sobrepasado canguro de niños, lo interpretaré como un llamamiento a los disturbios masivos a nivel global y saldré a la calle a quemar papeleras y a morder ojos de otros.


Ooooooooooooooh! riots! riots! riots!

Nota histórico-informativa a modo de anécdota egocéntrica: En los últimos disturbios, tras correr de la policía, perder la pancarta de la facultad de Filosofía y Letras que yo no había hecho y expulsar el bazo en las inmediaciones de la plaza de Sol, me giré hacia un grupo de antidisturbios y, asiendo el tiro de mi pantalón y algo más de carne comencé a gritar -Eh tú! mi porra contra tu porra mi porra contra tu pooorra- con una graciosa y pegadiza melodía en mi voz. Eso provocó una nueva carga policial y uno de ellos alcanzó y placó a un amigo que prefiere mantener el anonimato. Mientras yo le levantaba del suelo un punky mantenía a raya al irritado policía, que también había caido, a base de tirarle botes de vidrio de zumo granini. Mi rasguñado amigo y yo conseguimos huir y mi sentimiento de culpabilidad se diluyó completamente en el de orgullo. No paramos Bolonia, pero eh.




Nada.

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