lunes, 8 de marzo de 2010

Nada que celebrar, mucho por hacer.

Y ahora todxs debemos creer, y hoy celebrar, que es un avance el hecho de que hoy en día la mujer tenga que salir también a vender su fuerza de trabajo porque para el capital avanzado ya no es suficiente con la explotación del hombre, debemos creer que las luchas feministas de tantos años atrás harían sentirse orgullosxs y pletóricxs a sus defensorxs al ver que al fin, en el codiciado siglo XXI ("reservao pa' lameculos"), las mujeres, aparte del doméstico, tienen un trabajo asalariado, aún por debajo que el del hombre, pero un trabajo al fin y al cabo.

Pues sinceramente, sin menoscabar su esfuerzo y su importante contribución, no creo que las luchas feministas buscaran esto, no creo que se contentaran con un día de la mujer trabajadora (¿y 364 para el hombre?), creo que se darían cuenta claramente de que llega un momento en la historia en el que lxs de arriba, lxs que establecieron las jerarquías patriarcales y aún hoy las defienden, vieron que podían vendernos igualdad a base de explotar de "igual" manera tanto a hombres como a mujeres, manteniendo siempre las jerarquías y las castas que permiten que, trabajando todxs, manden lxs mismxs.

Las mujeres siempre hemos trabajado

Si el 8 es el día de la mujer trabajadora, entonces es el día de todas, por más que discursos masculinos supuestamente “revolucionarios” traten de dividirnos –para reinar- en obreras, pobres, y las otras, aquellas que no merecerían –que no “mereceríamos”- el día.

Todas trabajamos, siempre.
En el trabajo esclavista de la casa, en la junta de vecinos –que es de vecinas mayoritariamente, pero donde hay presidentes varones a menudo-, en el Centro de Padres –que suele ser de madres-, en la población, en el municipio, en la comunidad indígena, en la agrupación equis, en la organización social, en el partido político… La mayoría son actividades impagas, a menudo invisibles, que por eso mismo en vez de contribuir a la libertad de las mujeres, sostienen los poderes patriarcales fácticos en todos los niveles: político, social, comunitario, familiar... ¿Qué pasaría con una huelga de las mujeres en todas esas instancias?


Contra toda autoridad.

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