lunes, 8 de marzo de 2010

Errores que se pagan caros II.

Un joven que en otras ocasiones demostró tener dignidad, sobrio, puerta del bar Louisiana.
02:30 p.m. aprox.

Mientras habla con unos amigos, otro joven de cariz simpático y divertido le baja los pantalones de un tirón y por la espalda dejando al descubierto su colorida ropa interior. Extrañado, y aún confuso por lo ocurrido, el joven busca un culpable a su bajón de autoestima (hasta los tobillos para ser más exactos), y cree reconocerlo en uno de los amigos que tiene a su lado. Ante la certeza de que debe vengarse decide expresar su rabia propinando una fuerte y alta patada, dirigida a ser posible a la cabeza o parte superior del pecho, sobre quien considera el autor de la pesada broma, sin pararse a pensar antes en que sus pantalones se encuentran a la altura de los tobillos, lo cual se configura como un claro handicap en su ya mermada movilidad. La pierna A al propulsarse con gran fuerza hacia la víctima arrastra trágicamente, y con motivo de los pantalones, a la pierna B, quedando el joven suspendido sobre el aire y precipitándose fuertemente contra el suelo, golpeando en él con la parte del ano u perineo. Es decir, con el culo.
Solo recordar que durante la aparatosa caida, e incluso posteriormente, el joven vestía únicamente un colorido calzón.

Bien jurídico dañado: Dignidad. Orto.
Agravante justificado: A la persona a la que se dirigió la patada no tenía nada que ver en el asunto.
Eximiente justificado: Bueno pero me da igual porque todxs vosotrxs sois unos gilipollas y no os quiere nadie, ya me reiré yo de vosotrxs, ya me reiré.

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