Nada desarma dogmas mejor que Twitter: “Marcarse un Sánchez Gordillo
en una Apple Store", proponían en la red cuando la comida afanada por el
de Marinaleda todavía estaba intacta. Otros años los medios le habíamos
aplaudido su barba superlativa, su pañuelico ‘intifadesco', la bandera
republicana ondeando en los edificios del pueblo que comanda y la hoz y
el martillo que brota entre su obrerismo con 27 pagas. En verano íbamos a
echarle cacahuetes con alguna entrevista: que diga algo del Rey, coño,
que nos come la polilla en agosto con hasta los etarras de vacaciones.
Pero una cosa es renegar de la monarquía o sacar brillo al logotipo
de las purgas y otra muy distinta tocar una columna vertebral de España:
Mercadona o El Corte Inglés, que más da, son las costuras de la piel de
toro. Nos separan las lenguas, la Liga y los inventos tributarios. Pero
unas anchoas compradas en Mérida se pueden devolver en Lérida.
Y ahí llegó Gordillo y se cagó en la propiedad privada de los que
salen en su libro gordo de los ricos. La plebe lleva años quitando el
sustento a los artistas con las descargas. Pero para forcejear con una
cajera hacía falta un intelectual, un Robin Hood con porrón, un ‘Picha
Riot' con derecho a goce. Capaz de discernir qué bote de champú
pertenece legítimamente a su propietario y cual esta ahí por obra del
maligno. No como usted y yo, ciegos como topos, que por no conocer la
verdad solo podemos ser solidarios aportando lo que es nuestro. ¡Haber
estudiado!
Radical:
Entre broma y broma la verdad asoma. Madre mía. Con que
superioridad y con que poca gracia te ríes de 3 chicas a las que van a meter
dos años presas con tu alusión a las pussy riots. Tú, un periodista, los
principales defensores de la libertad de expresión. Claro, que si te la suda
hasta ese nivel la libertad de expresión, ya cuando esa expresión u opinión se
convierte en acción, sacas toda tu artillería. Me refiero a lo de Gordillo, una
persona que al no ser ciega -¡eh! ¡Como tú!-, ha podido investigar la política
de Mercadona y habrá descubierto posiblemente el mobbing a los trabajadores,
las medidas antisindicales, las estafas a pequeños proveedores… Oye, que uno no
se “salva de la crisis” por su cara bonita, y a Mercadona –que viene de mercado
y mujer, uish, un poco retrogrado ¿no?, bueno no, hacer la compra es una tarea
doméstica, así que es a ellas a quienes les toca jejeje- le está yendo bastante
bien últimamente. Y viendo con sus ojos de topo eso, ha decidido boicotearlo. Hay
gente, por ponerte dos ejemplos de libro, que no compra ni bebe Cocacola porque
tras investigar sabe que ese dinero que él invierte en el refresco se traduce
en Latinoamérica en balazos por la espalda a sindicalistas o en indígenas sin
agua. Y pudiendo pensar y actuar libremente, lo hace, no contribuyendo.
Boicoteando. Igual que comprar alguno de los muchísimos productos de Nestle es
contribuir a que en otros países se denigre mediante publicidad y médicos la
leche materna en pro de la leche en polvo. Y mueran lactantes.
Pues a esa gente se la llama radical la mayoría de las
veces. Y lo entiendo, van a la raíz del problema y actúan. En el sentido
peyorativo de la palabra radicalismo, en el sentido de telediario vaya, me
parece mucho más radical tu postura de pasotismo, de revolcarte en tu propia incomprensión
y pensamiento único, que cualquier ataque a un supermercado. Pero lo mejor ha
sido que hayas terminado poniendo al lector a tu misma altura con lo de usted y
yo, ciegos como topos… Mira, me puedes tutear si quieres, pero no me trates
como a si fuera idiota. Y si te apetece marcarte un Gordillo, pasa del aplee
store, vete a una librería.
Él no creo que lo lea. Nunca le firma nadie. Lástima eso de hacer chistes y que nadie te los ria.
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