sábado, 1 de septiembre de 2012

diario de alcalá en su línea (editorial)...

Ya que el censor del Diario de Alcalá suda de poner mi respuesta al más gracioso de sus columnistas la pongo aquí, ancha es Castilla. Aunque esto sea más bien Austwich.

Gordillo, nuestro "Polli riot":

Nada desarma dogmas mejor que Twitter: “Marcarse un Sánchez Gordillo en una Apple Store", proponían en la red cuando la comida afanada por el de Marinaleda todavía estaba intacta. Otros años los medios le habíamos aplaudido su barba superlativa, su pañuelico ‘intifadesco', la bandera republicana ondeando en los edificios del pueblo que comanda y la hoz y el martillo que brota entre su obrerismo con 27 pagas. En verano íbamos a echarle cacahuetes con alguna entrevista: que diga algo del Rey, coño, que nos come la polilla en agosto con hasta los etarras de vacaciones. 
Pero una cosa es renegar de la monarquía o sacar brillo al logotipo de las purgas y otra muy distinta tocar una columna vertebral de España: Mercadona o El Corte Inglés, que más da, son las costuras de la piel de toro. Nos separan las lenguas, la Liga y los inventos tributarios. Pero unas anchoas compradas en Mérida se pueden devolver en Lérida.  
Y ahí llegó Gordillo y se cagó en la propiedad privada de los que salen en su libro gordo de los ricos. La plebe lleva años quitando el sustento a los artistas con las descargas. Pero para forcejear con una cajera hacía falta un intelectual, un Robin Hood con porrón,  un ‘Picha Riot' con derecho a goce. Capaz de discernir qué bote de champú pertenece legítimamente a su propietario y cual esta ahí por obra del maligno. No como usted y yo, ciegos como topos, que por no conocer la verdad solo podemos ser solidarios aportando lo que es nuestro. ¡Haber estudiado!


Radical:



Entre broma y broma la verdad asoma. Madre mía. Con que superioridad y con que poca gracia te ríes de 3 chicas a las que van a meter dos años presas con tu alusión a las pussy riots. Tú, un periodista, los principales defensores de la libertad de expresión. Claro, que si te la suda hasta ese nivel la libertad de expresión, ya cuando esa expresión u opinión se convierte en acción, sacas toda tu artillería. Me refiero a lo de Gordillo, una persona que al no ser ciega -¡eh! ¡Como tú!-, ha podido investigar la política de Mercadona y habrá descubierto posiblemente el mobbing a los trabajadores, las medidas antisindicales, las estafas a pequeños proveedores… Oye, que uno no se “salva de la crisis” por su cara bonita, y a Mercadona –que viene de mercado y mujer, uish, un poco retrogrado ¿no?, bueno no, hacer la compra es una tarea doméstica, así que es a ellas a quienes les toca jejeje- le está yendo bastante bien últimamente. Y viendo con sus ojos de topo eso, ha decidido boicotearlo. Hay gente, por ponerte dos ejemplos de libro, que no compra ni bebe Cocacola porque tras investigar sabe que ese dinero que él invierte en el refresco se traduce en Latinoamérica en balazos por la espalda a sindicalistas o en indígenas sin agua. Y pudiendo pensar y actuar libremente, lo hace, no contribuyendo. Boicoteando. Igual que comprar alguno de los muchísimos productos de Nestle es contribuir a que en otros países se denigre mediante publicidad y médicos la leche materna en pro de la leche en polvo. Y mueran lactantes.

Pues a esa gente se la llama radical la mayoría de las veces. Y lo entiendo, van a la raíz del problema y actúan. En el sentido peyorativo de la palabra radicalismo, en el sentido de telediario vaya, me parece mucho más radical tu postura de pasotismo, de revolcarte en tu propia incomprensión y pensamiento único, que cualquier ataque a un supermercado. Pero lo mejor ha sido que hayas terminado poniendo al lector a tu misma altura con lo de usted y yo, ciegos como topos… Mira, me puedes tutear si quieres, pero no me trates como a si fuera idiota. Y si te apetece marcarte un Gordillo, pasa del aplee store, vete a una librería.

Él no creo que lo lea. Nunca le firma nadie. Lástima eso de hacer chistes y que nadie te los ria.

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