martes, 27 de septiembre de 2011

Pues estoy enfermo. Estaba ya enfermo pero en la manifestación del 25 me puse peor, y tuve que recluirme en mi casa. Era domingo por la noche, pedo time para la gente que, como yo, no tiene clase hasta las 10. Pero me tuve que quedar en casa, y no sólo eso, no podía dormir la fiebre porque tenía que recoger a mi hermana -¿No tiene piernas ella o qué? Nah, no preguntes-. Así que me creé una mentira. Un autoengaño. Era demasiado triste pensar que estaba encerrado en casa porque, otra vez, había cogido frío -posiblemente por intentar explicar una noche de local mi teoría sobre "comunalización de la intimidad", quedandome para ello desnudo-, así que cerré puertas y ventanas, me encerré con los gatos en una habitación y me puse Señales. Qué peliculón. La de los extraterrestres. Qué buena. Para algunas es una paja de Mel Gibson y ya está, pero yo creo que es buena, no sé, no muere Resines pero aún así está guapa. Te atrapa mucho esa peli, te lo crees. Y nada, al final cuando tuve que ir a por mi hermana estaba acojonado. Pero después se me pasó. La vida en otoño es siempre muy emocionante.

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