viernes, 7 de enero de 2011

Día de reyes

El día de reyes a mi casa lo que llegó fue una multa de tráfico (45 euros) y arriba, junto a la caja donde desde hace ya tres años (si no cuatro) duerme el árbol de navidad desencajado y amputado apareció, como por arte de magia, la mierda seca de un gato, probablemente Bernabé, que ahora que tiene el puf en un piso y la arena en otro cada vez hace más perezas a la hora de hacer sus necesidades. Por otro lado, la noche, hasta hace unos años presidida por los nervios y el insomnio, me la pasé agarrándome la tripa porque mi madre, hará ya tres meses y como prueba de su infinita defensa de la segregación racial entre vegetarianos y humanos (primer principio: Los humanos comemos comida humana, los vegetarianos comida para vegetarianos, burda imitación de la humana con el rotulo "vegetal" después del nombre) me había comprado unas hamburguesas de BRÉCOL y ZANAHORIA, hamburguesas VEGETALES que yo rápida y certeramente escondí al fondo de la nevera, bajo la típica bandeja de apio que acaba criando esporas. Pero los designios de la navidad son inescrutables, y era de esperar que en unas festividades que duran más de 15 días y que se basan en el comer (y ya está) no quedaría impune ni el apio. Las hamburguesas florecieron a los ojos de mi madre, llevando ya en su haber más de veinte días caducadas y un olor que pedía a gritos que frotara con ellas la cara norte de cualquier roca montañosa colocada a cierta altura (véase: musgo). Pero vivir con tres gatos me ha obligado a vetar el olfato, a no escucharlo por fuerte que venga, ni si quiera en los baños de los bares (lo cual es un alivio), así que me comí las hamburguesas. Por suerte, la batalla (tan gráficamente representada por los anuncios de actimel) entre mis defensas estomacales y las esporas de brécol químicamente mutado para adoptar la forma y el color de la ternera se decantó del lado de las primeras, y pude vivir ese día tan especial. Y ahora que los reyes ya se han ido puedo pedir mi regalo, quiero esto:



1500 dólares americanos, se hace artesanal creo. Si al final me lo traen ya sólo me quedará pedir unos huesos de muñeca nuevos y un piso con azotea. Los cumplo en febrero.

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