viernes, 9 de abril de 2010

Complejo de chupachups de cicuta.

Hace apenas unos meses, el mismo día en que me decidí a empezar a leer El guardián entre el centeno, su autor, J.D. Salinger, moría en un hospital de Cornish, en New Hampshire, por razones naturales. La verdad es que unos días después el libro se me escapó del bolsillo en mitad de un brutal pogo de Oi! sin que yo me diera cuenta. Hasta ese día había leído poco menos de sesenta páginas, pero el concierto no me apetecía y me senté en una esquina de la okupa y me leí hasta más de la noventa. Cuando me di cuenta de que había perdido el libro ya había pasado un buen rato desde el último pogo al que me había metido, pero aún así me puse a buscarlo y lo encontré. Primero encontré una página suelta, después un par más destrozadas y manchadas, y al poco la portada reventada, empapada en cerveza y con la marca de mil botas gravada. Lo jodido es que también encontré un trozo del libro que se había mantenido encuadernado, que iba desde la página 79, que apenas se sujetaba por un hilo, después la 81 aún bien encuadernada y ya desde ahí hasta el final. Salinger murió con 81 años.

Ayer, después de bastantes años, volví a escuchar a los Sex Pistols y me bajé un par de discos de canciones suyas con temas posteriores de Jhonny Rotten con los PiL, incluso me estuve leyendo parte de su historia por curiosidad y resulta que hoy al despertarme me entero de que, ayer mismo, murió de cáncer a los sesenta y cuatro años el descubridor y primer promotor de la banda, Malcom McLaren.

No sé, la verdad, solo ha pasado dos veces por el momento, pero creo que podría pasar más y por ello estoy pensando en volver a escuchar Ska-P para matarlos a todos, o comprarme un disco o dos de Sabina, o de Bumbury, o quizás me pase por la librería Bertrand y me compre todo su Top10, que siempre está lleno de joyitas de Jiménez Losantos y demás farfulleros, o quizás algo más acorde con la situación económica como el "España puede salir de la crisis", aunque por ejemplo, no creo que debiera ir al cine, porque ahora mismo el 80 % de las películas que proyectan son o de animación o en 3D y, la verdad, cargarme al típico pobre licenciado en matemáticas que se deshuesa vivo haciendo vectores para formar un dragón que llevará la voz de Javier Coronado, o una pobre estudiante de imagen y sonido que lleva seis meses delante de un ordenador dándole texturas a lo que algún día será un gracioso mono pues, joder, no me hace especial ilusión.

Aunque, pensándolo bien, quizás lo que debería hacer es crearme de una vez un tuenti de esos, y así veros fenecer a todxs.

1 comentario:

  1. Reconozco que te leo desde hace mucho pero no me atreví a comentar hasta que no leí en la misma frase chupachups y cicuta, y aparte de que me gusta la imagen de alguien leyendo El guardián entre el centeno en medio de un concierto de Oi!, reconozco que también me ha pasado, eso de leer sobre alguien y que de pronto le dé por morirse.
    Es una pena que Stieg Larsson ya la palmara él solito.

    Saludos.

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