viernes, 12 de marzo de 2010

Medallismos.

Ante la certeza de que estos tres genios no recibirán jamás el reconocimiento que merecen por parte de las instituciones me he decidido a premiarles yo, ya que ayer alomejor conté la historia de la gallina (con baile incluido) a cuarenta personas en la puerta del Nívola y que los tres me recuerdan aquella universidad de la que Bolonia me ha privado, aquella universidad con clases de más de 100 personas, divididas entre la gente fuerte y los gilís, totalmente impersonal, con verdadero espíritu universitario y profesores en forma dispuestos a placar a cualquier hombrepoyo que intente dar por culo durante la explicación.

Medalla de bronce, porque, aunque se lo curra bastante poco y en la clase no hay apenas gente, saluda condescendiente al profesor, y trae mochila:


Medalla de plata, por la mirada a la plebe en el último momento antes de salir por la puerta, se queda con todo el mundo:


Medalla de oro, por alegrarnos la vida a base de destruir su futuro universitario:

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